He vuelto a sentir aquel cálido frío capitalino; allí se alcanzan a concatenar ciertas experiencias del pasado, vivas en mi memoria de nuevo, casi como tocarlas otra vez; tonos musicales que llevo muy dentro, en este caso una versión muy bonita del maestro Jaime Llano de "La gata golosa". Hermosos ritmos de música andina colombiana, música que nació en las altas y frías montañas de mi tierra. Aunque el nombre de esta canción originalmente no era ese de "La gata golosa", sino el de "Ideal", con todo por esas cosas fortuitas de la vida, por el desconocimiento del idioma francés y porque de algún modo las personas interpretaron "La gaité gauloise" (La alegría gala), como "la gata golosa", que en realidad era un sitio también de comidas y de muchas tertulias de la época.
¿Cómo no recordar lo sentido? ¿Cómo no recordar los amores, las desdichas, las ilusiones, las lágrimas mil veces vertidas, los afanes, las sonrisas, las miradas? ¿Qué sería vivir sin sentir?
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